viernes, septiembre 30, 2005

Tiempo de Valientes

la mejor pareja del cine nacional de los últimos años



Fernando Savater nos recuerda en unos de sus textos, la mala fama (inmerecida) que tienen algunos relatos clásicos de aventuras, como si sólo estuvieran dirigidos al público infantil. De recuperar esa cuestión lúdica se trata entonces, con esas historias aparentemente sencillas, que no tienen otro objetivo que el entretenimiento y la dispersión.


Arma Mortal vernácula

lunes, septiembre 19, 2005

Astucia de mi parte

Cambiale la cara a la noche del lunes

Hoy en Astucia de mi parte:

Dave's True Story/Barber/Watts/Brubeck/Eastwood/Anatomy of a murder OST/Ellington/Waits/and more

Dave's True Story

Volvete astuto hoy a partir de las 22 hs(Argentina) escuchando el programa en www.fmentransito.org.ar

Puro placer

domingo, septiembre 18, 2005

El Aura

El cine extra sensorial

¿la mejor película argentina del año?

¿Qué elementos definen un clásico? Difícil ponerse de acuerdo. Para algunos es aquella obra, demostración artística, que por su solidez expresiva perdura en el tiempo, se instala en una suerte de inconsciente colectivo y se constituye como icono, concepto influyente de otras obras y, como no, otras formas expresivas.
Fabián Bielinsky es un cineasta clásico. Lo es por su método para contar historias. Pero también por lo que esas mismas historias generan a la gran “historia” que es el cine argentino. Nueve Reinas, su primer largometraje, marcó un antes y un después. Demostró (o como dicen en el barrio: le pintó la cara a más de uno) que era eso que sonaba a cuenta impaga en el cine local. Eso que todos sentían y pocos podían expresar.
Tan comentada, alabada y elocuente fue Nueve Reinas que, naturalmente, la carga sobre los hombros del director respecto de su segunda película se fue tornando pesada. No se sabe si Bielinsky vivió esto con angustia, lo cierto es que como primera medida se tomó un tiempo prudencial antes de volver a dirigir. Como segundo paso, y aún más significativo, optó por el riesgo de cambiar de rumbo. Apeló a una vieja historia que tenía archivada desde hacía más de veinte años, la reformuló y comenzó un nuevo camino. Es bastante conocido el valor de la reescritura, lo que la segunda mirada otorga sobre la idea original en función del crecimiento artístico de lo que se quiere contar.

Darín y Bielinsky en pleno rodaje

El Aura es, en principio, un riesgo, un camino opuesto al exitoso primer paso del director. Si en Nueve Reinas el viaje vertiginoso estaba claro desde el prólogo de la historia, en esta producción pasa lo contrario: un hombre (Ricardo Darín) yace en el piso de un cajero automático mientras la alarma de la máquina aturde desde la banda sonora. Toda la primera parte del film se ocupa, minuciosamente, de describir el mundo de este oscuro personaje y su principal fantasía: el golpe perfecto. En una escena excelente, Bielinsky apela a un recurso que le dio buenos resultados en su anterior película, cuando el personaje de Darín le muestra al de Pauls las distintas formas de estafa en la ciudad. En este caso, el nuevo personaje le enseña a su amigo y colega Sontag (Alejandro Awada) como sería el asalto perfecto a una entidad financiera.
Darín es un taxidermista obsesivo y solitario, con un carácter introspectivo y egoísta y que sufre ataques recurrentes de epilepsia. Un hombre de una existencia gris con una memoria fotográfica prodigiosa, que se dedica con exclusividad a otorgarle vida artificial a esos animales muertos. En todo momento, el personaje es presentado sin nombre, casi sin abanico de sentimientos, como si él mismo fuese la prolongación de ese oficio que cultiva con una precisión sajona. Cuando decide emprender un viaje de cacería al sur con su compañero Sontag, se encontrará con su némesis, con seres tan solitarios como él y se verá inmerso en una espiral de acontecimientos que lo van absorbiendo.
Bielinsky maneja magistralmente los tiempos narrativos y articula sobre la estructura del policial negro un juego de complots, existencias angustiadas y dobles personalidades. Como explica el taxidermista/Darín, el aura es un espacio extra sensorial que se abre en los momentos previos al ataque de epilepsia, un portal hacia el éxtasis que preludia el desmayo. Y el director utiliza estos momentos en el film como marca de la transformación del protagonista, como la entrada a un mundo de engaños donde su lógica lapidaria no funciona.

Taxidermista en problemas

Toda la composición fotográfica del film trabaja sobre los colores fríos y logra una sensación de opresión a lo largo de la historia. El uso del travelling y el plano secuencia en los momentos exactos se articulan perfectamente con la mirada del personaje. Como esa sublime escena en la que Darín contempla el frustrado asalto a una fábrica en el sur, donde el uso de la banda sonora se conjuga con la mirada itinerante del protagonista.
El milimétrico guión se sustenta en una soberbia (ya casi común) actuación de Ricardo Darín que logra inquietar durante todo el film y que posee un exacto contrapunto en roles secundarios: una Dolores Fonzi sufrida, un Pablo Cedrón siniestro, un Alejandro Awada perdido o un perro siberiano de aspecto desolador.
Para el registro vale mencionar que Bielinsky también se da el gusto de homenajear, aunque sea desde la mención, a “El tercer hombre”, ese icono del cine negro del director Carol Reed.
Es para discutir y seguramente será difícil ponerse de acuerdo, pero El Aura posee ya, en su corta vida pública, un agradable viento de clásico.

La dualidad presente durante todo el film

Director: FABIAN BIELINSKY
Guión: FABIAN BIELINSKY
Co-Productores: PATAGONIK FILM GROUP-TORNASOL FILMS-DAVIS FILMS PRODUCTIONS

Taxidermista: Ricardo Darín
Diana: Dolores Fonzi
Sontag: Alejandro Awada
Sosa: Pablo Cedrón
Urien: Jorge D’Elia
Dietrich: Manuel Rodal
Vega: Rafael Castejón
Montero: Walter Reyno
Julio: Nahuel Perez Biscayart

lunes, septiembre 12, 2005

Astucia de mi parte

Música y palabras para reconciliarse con el peor día de la semana. Jazz... y algo más.

Hoy en Astucia de mi parte:

Wonder/Zappa/Elias/Stereolab/Gaye/Casino Royale OST/2046 OST/Getz/and more

Eliane Elias se presentó en Buenos Aires este fin de semana

Volvete astuto hoy a partir de las 22 hs(Argentina) escuchando el programa en www.fmentransito.org.ar

Porque lo bueno, se disfruta en pequeñas dosis

viernes, septiembre 09, 2005

Bielinsky, de nuevo

Una vez más, el director de Nueve Reinas, le aporta al cine argentino eso que le falta: el género.
Sin duda en el balance de fin de año, El Aura será una de las dos o tres mejores pelícuas argetinas y figurará entre las diez de la totalidad de los estrenos.
La crítica, en www.sitiotres.com a partir del jueves de la semana que viene, día de su llegada a los cines.

Darín logra inquietar

jueves, septiembre 08, 2005

Ejercicio cinéfilo

Tuve la oportunidad de rever en estos días Casta de Malditos (The Killing, 1955) de Stanley Kubrick. Este es su tercer largometraje y el primero reconocido "con ese valor agregado" necesario para instalarse en el mundo de la dirección autoral. En esta película ya se observan algunos de los rasgos que caracterizarán toda su filmografía: planos en contrapicado, composición fotográfica del cuadro apelando a los distintos contrastes y, sobre todo, el travelling lateral, hacia adelante y hacia atrás.


una joya del cine negro



Quizá, por trabajar sobre la estructura del cine noir, es que se ha transformado en una de mis películas favoritas. No puedo dejar de pensar que Kubrick apeló a la presencia cinematográfica del gran Sterling Hayden para el protagónico luego de haberlo visto destilar genialidad cinco años antes en Mientras la ciudad duerme (The Asphalt Jungle, 1950), film con el que tiene más de un punto de contacto.


esta foto hace mal



No obstante, es bueno compararla con Jackie Brown, la tercer película de Tarantino (quizá su obra más ascética) ya que ambas trabajan sobre la idea del doble complot y cuentan con el climax del plot narrado desde los distintos puntos de vista de los protagonistas. El gran Quentin decidió tomar esta obra de avanzada del cine moderno para pintar su propio policial negro, con aires a blaxplotation.

jueves, septiembre 01, 2005

El Soundtrack que dejó Agosto

Por situaciones coyunturales, por la llegada al mundo de personitas a las que queremos mucho, por los momentos vividos y compartidos, o porque sí, aquí va el soundtrack, la banda sonora (¿qué es musicalizar si no ponerle una música determinada a eso que estamos viviendo en un momento determinado?) que ha inspirado el mes pasado, en orden, por una cuestión de cadencia sonora

They can’t take that away from me (de los Gershwin, por Billie Holliday en el disco Body and soul y, al igual que el señor Jean, con el saxo de Ben Webster)
That old black magic (de Harold Arlen, por Oscar Peterson en el disco Oscar Peterson plays the Harold Arlen song book. El gran pianista cumplió los ochenta años el 15 del mes pasado)
All day sucker (de Steve Wonder en Songs in the key of life)
Son of a preacher man (por Nancy Sinatra en su disco Greatest hits)
Good Vibrations (de Brian Wilson y en su sublime Smile) Para Martín, Rosario, Leti, Ceci, Leo y Juan
Rusholme ruffians (The Smiths en su Meat is murder)
After hours (del disco Sonny side up, por Dizzy Gillespie y Sonny Rollins, otro grande que llegó a los setenta y cinco)
Todo se transforma (Drexler y su Eco) Para mi Lau, por los 29 del 13
Four (de Miles Davis, en su disco en vivo Four and more, reeditado en estos días) ¡siempre es bueno tener un miles en cualquier compilado!