miércoles, abril 19, 2006

La película de la semana 4

Toro Salvaje

Marv

La elección de To

Election, de Johnny To, es una película muy profunda que explora las interrelaciones de un grupo de hombres en el seno de una de las triadas más importantes de Hong Kong. To tiene una mano maestra para narrar situaciones de tensión, confusiones, lealtades y asesinatos. Con dos o tres escenas soberbias, está claro porque participó en competencia en Cannes del año pasado.

Simon Yam, un fetiche de To


Siguiendo con el programa BAFICI, Kitano logra con su Takeshi's, como mínimo, desconcertar. Prácticamente alucinógena, es una de esas cosas que oscilan entre la genialidad absoluta o la farsa más descarada. Lamentablemente, la segunda opción parece cuadrar mejor.

martes, abril 18, 2006

Lucky Number Slevin

Se estrena esta semana y es muy, pero muy, divertida. La elección de Paul Mc Guigan de jugar con esos personajes duros en tono de farsa (a lo Guy Ritchie, que es a lo Tarantino) en medio de un guión con quiebres en la temporalidad narrativa, no es nueva pero funciona. Y funciona muy bien. Willis, Liu, Freeman y Kingsley hacen sus interpretaciones de taquito, y sus caracteres son inmensamente queribles. Pero la gran sorpresa es Josh Hartnett: no solo está perfecto sino que es difícil imaginar a algún otro tipo en su rol.
Cuando se llega a la ventanilla para ver cualquier cosa del BAFICI y cualquier cosa no hay, vale mirar a la columna de estrenos.

Kill BAFICI


sábado, abril 15, 2006

Masters of horror: Homecoming (BAFICI)

- Bueno, no es tan malo, cincuenta votos no modifican ninguna elección...
-¡Florida!
-Okey, retiro lo dicho...

Zombies liberales

Joe dante demostró más de una vez porque es un terrorista de los cánones Hollywoodenses. Después de su última incursión fílmica con la película de los Looney Tunes: Back in Action, por la que recibió inmerecidas críticas negativas, se despachó con este capítulo de la serie para Tv, Masters of Horror. Lo primero que llama la atención al comenzar el capítulo, es la aparición de Sam Hamm (Batman, Batman Returns) como hacedor del guión para tv. Lo que sigue es una sucesión de puro Dante. La excusa del género es, una vez más, el vehículo para hablar de cuestiones sociales con una acidez extrema, el la mejor línea Carpenter, Craven y, claro, Romero (que tiene su merecido excelente homenaje). La utilización del la cuenta regresiva para contar la historia le otorga un dinamismo interesante, con alguna escena que quedará para lo mejor del año, como la de los cadáveres despertando mientras la bandera americana sigue cubriendo sus cuerpos, ahora, de muertos vivos.

Una de esas perlas por las que vale la pena la neurosis snob del BAFICI.

viernes, abril 14, 2006

De que hablamos cuando hablamos de cine independiente

Lo primero que viene a la mente al hablar de un cine conceptualmente independiente es una producción realizada, principalmente, por fuera del sistema. En una segunda instancia, y como correlato matemático de la clasificación de independencia, le corresponderle a dicha obra una garantía de calidad. Nada más lejano.
Un tipo de cine puede ser independiente, por decir, respecto de dos variables de análisis: por un lado, efectivamente, todo lo ligado a la realización, a la marginalidad respecto del circuito “mainstream” de producción habitual. Por otro lado, y quizá más importante, respecto de la innovación en el empleo de recursos para abordar nuevas narrativas desde el lenguaje cinematográfico. No obstante, sobre todo en la cuestión de producción, los límites no están del todo claros.
Dos buenos ejemplos se dan con estrenos comerciales de estos últimos diez días en la cartelera porteña. De paso viene bien ponerse al tanto como para repasar la grilla de películas que van siendo de los más atractivo de la temporada.

Owen capo


Inside Man (El plan perfecto) es la última soberbia película de Spike Lee. Ajeno a la línea temática de sus últimas producciones, el director se despacha con un policial de narrativa milimétrica, vueltas de tuerca y un trabajo de composición y montaje impresionante. Clive Owen, Jodie Foster, Denzel Washington y Christopher Plumer, son las puntas de un mecanismo perfectamente balanceado, con diálogos exactos y medidos pero, a su vez, nada acartonados o forzados. Además, el “espíritu Lee” de reflejo de las cuestiones de integración racial en New York está presente, con marcado cinismo, en las escenas de humor.
Broken Flowers es lo nuevo de Jim Jarmusch. Con un Bill Murray que ya es un personaje en sí mismo, la historia se centra en un hombre maduro que descubre su posible paternidad, va tras ella y se reune con su pasado. No puede faltar una musicalización adecuada, como diálogos filosos y un aire cansino en todo el film. Para el detalle, un dato obtenido fruto de la correcta atención al cast en los créditos finales del film, permite una resignificación de la escena final de la película.
Ahora bien, ¿hay alguien que pueda negar que tanto Jarmusch como Lee son exponentes perfectos de la escuela de cine indie americano? Y por trabajar dentro de la industria y distribuir sus films en el circuito comercial, ¿debemos pensar que perdieron el espíritu independiente?
good show!
Otro estreno de estos días es The hills have eyes (vaya uno a saber porque le pusieron Despertar del diablo) desembarco en Hollywood de Alexandre Aja, ralizador de Haute tension, una correctísima película de terror que se estrenará en breve. En el caso de The hills… el fim es la remake del clásico dirigido por Wes Craven en el `77. Al resultado fílmico no le pesa para nada ser hijo de un clásico del cine de terror. Aja mantiene y confirma las expectativas generadas en torno a su pulso narrativo y se destaca en la elección adecuada de lentes y la utilización de encuadres logrados en pos de transmitir las exactas sensaciones que viven los protagonistas. En fin, un ejemplo que serviría para discutir que grado de independencia puede haber en la más que personal puesta en marcha de un proyecto de otro...
Para cerrar, si hay algo que cualquier crítico con un mínimo de seriedad puede afirmar es que independencia y calidad no siempre van de la mano. De los cientos de películas que se estrenan en cada edición del Festival Internacional de Cine Independiente de Buenos Aires (BAFICI), el porcentaje de buenas no es diferente al mismo número surgido de la totalidad de estrenos comerciales del año.
Está muy bien que haya un BAFICI todo los años. Pero por ahí, frente al ataque de snobismo cinéfilo de miles de personas, conviene mirar de reojo y con cariño las ofertas de la cartelera comercial. Por lo menos, los tres casos señalados (y otros tantos que siguen en cartel citados en su momento en este blog) seguro no van a decepcionar.

Last Days – Gus Van Sant

BAFICI sección Panorama – Música


pifia Van Sant


Debo decir que esperé este film y lo elegí como punto de partida de mi recorrida profesional por el festival, con la fuerte expectativa de cerrar una trilogía de la que forma parte uno de los films más interesante de los últimos tiempos: Elefant. El otro que integra el abanico es Gerry.
No es posible decir que Van Sant decepciona si se parte con esa misma premisa, pero sí que parece equivocar sus opciones narrativas en función de su cine “contemplativo”. Tan contemplativa la Last Days del director que, en ese “instant karma” se olvidó de hacer una película. De más está decir que hay buenos momentos y grandes actuaciones, sobre todo, la de Michael Pitt que se pone el proyecto al hombro.
Respecto de las reminiscencias del guión a la historia del desdichado Kurt Cobain, lo más simpático fue ver como la sala del cine se llenaba de adolescentes que se creían que iban a ver un recital de Nirvana, con dead end incluido.

martes, abril 11, 2006

Día D para el cine independiente

Hoy comienza el 8º Festival de Cine Independiente de Buenos Aires. Serán unos doce días de locura, con más de 400 películas para ver (parece que las lecciones no se entienden y, año a año, siguen incrementándose films).
Más allá de alguna que otra cosa interesante, lo más copado es contemplar el negocio: convencer a miles de personas a que hagan una terrible cola para sacar la entrada de un film que, si se estrenase en la cartelera comercial, no irían a ver ni locos.