jueves, septiembre 08, 2005

Ejercicio cinéfilo

Tuve la oportunidad de rever en estos días Casta de Malditos (The Killing, 1955) de Stanley Kubrick. Este es su tercer largometraje y el primero reconocido "con ese valor agregado" necesario para instalarse en el mundo de la dirección autoral. En esta película ya se observan algunos de los rasgos que caracterizarán toda su filmografía: planos en contrapicado, composición fotográfica del cuadro apelando a los distintos contrastes y, sobre todo, el travelling lateral, hacia adelante y hacia atrás.


una joya del cine negro



Quizá, por trabajar sobre la estructura del cine noir, es que se ha transformado en una de mis películas favoritas. No puedo dejar de pensar que Kubrick apeló a la presencia cinematográfica del gran Sterling Hayden para el protagónico luego de haberlo visto destilar genialidad cinco años antes en Mientras la ciudad duerme (The Asphalt Jungle, 1950), film con el que tiene más de un punto de contacto.


esta foto hace mal



No obstante, es bueno compararla con Jackie Brown, la tercer película de Tarantino (quizá su obra más ascética) ya que ambas trabajan sobre la idea del doble complot y cuentan con el climax del plot narrado desde los distintos puntos de vista de los protagonistas. El gran Quentin decidió tomar esta obra de avanzada del cine moderno para pintar su propio policial negro, con aires a blaxplotation.

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