Un buen momento
A veces, el tour profesional del periodismo crítico, suele sorprender, confirmar expectativas o llevar a sensaciones algo más primarias, siempre en la senda del balance positivo.
Un buen momento es comenzar el día con la proyección de prensa de Derecho de Familia, la nueva película de Daniel Burman. Sin llegar a la genialidad conceptual de El Abrazo Partido, la muñeca narrativa de Burman parece ya ni siquiera esforzarse para destilar un cine absolutamente disfrutable. Punto para Daniel Hendler que ya logró construir un personaje desde la propaganda de Walter Telefónica para acá, y se mantiene lejos de los mohines y el aburrimiento. Una frase que ya tiene un lugar para el futuro balance del año: ¿Por qué tanta participación? Yo pago para no participar…
Un buen momento es continuar a la tarde con Match Point, de Woody Allen, ir con más bien bajas expectativas y salir con la cabeza partida. Hay una anécdota que cuenta que John Ford, cuando se veía en una encrucijada con sus films, cuando el pulso narrativo venía fallando seguido, sacaba a relucir un as salvador: run for cover, ir a lo seguro. Y lo seguro era ese cine clásico imprescindible, esa maestría en el montaje inigualable e increíblemente referenciada. Woody Allen, con varios años por debajo del nivel de vuelo habitual, hizo un run for cover. Su apuesta fue desempolvar las líneas de esa obra suprema que es Crímenes y Pecados (Crimes and Misdemeanors, 1989), recrearla en la clase alta Londinense y agregarle su visión con entrada definitiva en la vejez. Conclusión: una firme competidora a mejor película del año. ¿Logrará Scarlett Johansson estar más sensual en alguna película o su carrera se terminó acá?
Y un buen momento es terminar el día en el screening de 24, la mejor serie de TV desde los X-Files. La única que, al igual que la de las obsesiones de Mulder, reformó el lenguaje televisivo del género. Y es un buen momento saber que Jack Bauer no está muerto, sigue tan duro y dispuesto a salvar a su país como siempre y a llevarse al mundo consigo si es necesario. Un comienzo muy arriba de esta temporada en la que, tan solo comentar algo de lo que sucede en los primeros 10 minutos de proyección, implicaría eliminar un factor sorpresa que haría merecer la muerte instantánea del escribiente en cuestión.
Un buen día para el crítico, si señor.
Un buen momento es comenzar el día con la proyección de prensa de Derecho de Familia, la nueva película de Daniel Burman. Sin llegar a la genialidad conceptual de El Abrazo Partido, la muñeca narrativa de Burman parece ya ni siquiera esforzarse para destilar un cine absolutamente disfrutable. Punto para Daniel Hendler que ya logró construir un personaje desde la propaganda de Walter Telefónica para acá, y se mantiene lejos de los mohines y el aburrimiento. Una frase que ya tiene un lugar para el futuro balance del año: ¿Por qué tanta participación? Yo pago para no participar…
Un buen momento es continuar a la tarde con Match Point, de Woody Allen, ir con más bien bajas expectativas y salir con la cabeza partida. Hay una anécdota que cuenta que John Ford, cuando se veía en una encrucijada con sus films, cuando el pulso narrativo venía fallando seguido, sacaba a relucir un as salvador: run for cover, ir a lo seguro. Y lo seguro era ese cine clásico imprescindible, esa maestría en el montaje inigualable e increíblemente referenciada. Woody Allen, con varios años por debajo del nivel de vuelo habitual, hizo un run for cover. Su apuesta fue desempolvar las líneas de esa obra suprema que es Crímenes y Pecados (Crimes and Misdemeanors, 1989), recrearla en la clase alta Londinense y agregarle su visión con entrada definitiva en la vejez. Conclusión: una firme competidora a mejor película del año. ¿Logrará Scarlett Johansson estar más sensual en alguna película o su carrera se terminó acá?
Y un buen momento es terminar el día en el screening de 24, la mejor serie de TV desde los X-Files. La única que, al igual que la de las obsesiones de Mulder, reformó el lenguaje televisivo del género. Y es un buen momento saber que Jack Bauer no está muerto, sigue tan duro y dispuesto a salvar a su país como siempre y a llevarse al mundo consigo si es necesario. Un comienzo muy arriba de esta temporada en la que, tan solo comentar algo de lo que sucede en los primeros 10 minutos de proyección, implicaría eliminar un factor sorpresa que haría merecer la muerte instantánea del escribiente en cuestión.
Un buen día para el crítico, si señor.
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