Update 2

Algunos estrenos que quedaron en el tintero antes de pasar al balance final del año

Sobre la segunda parte del 2006 se encontraron dos producciones de similar temática y género. El Ilusionista (The Illusionist, Neil Burger) y El Gran Truco (The Prestige, Chris Nolan) se jugaron el face to face para ver cual de las dos películas de magos ambientada a fines del siglo XIX, se quedaba con el premio de recaudación y crítica.
La verdad, los dos son muy buenos films. El Ilusionista, estrenada en primer término y de raíz más modesta, emergiendo desde cierta independencia, es un homenaje al cine mismo como (salvando las millas y millas de distancia) lo hizo Coppola en Drácula. Una historia clásica, con una fotografía exquisita y el incombustible Paul Giamatti, excusa para ver cualquier película. Falla sobre el final, donde una conclusión menos cerrada la hubiese favorecido. En fin, se nota, claramente, la presión de un productor de turno.



El Gran Truco, de Chistopher Nolan, es un film con bastante más vuelo y, obviamente, mayor presupuesto. Presupuesto que le permite una reconstrucción de época impresionante y trabajar con un diseño de arte espectacular, con una fotografía que acentúa los colores en la gama del marrón y con un montaje y movimientos de cámara casi perfectos. La trama del film circula por temas que, hoy por hoy, forman parte de la filmografía del director: las obsesiones, las personalidades duales, el desenlace trágico.
No hace más que entusiasmar pensar que, en unos meses, este director se pone a trabajar en The Dark Knight, secuela de Batman Begins.
Otro film interesante, ya entrando dentro de las comedias americanas con acentuado cinismo y cierta mecánica sit-com, fue Gracias por fumar (Thank you for smoking, Jason Reitman). Buenas actuaciones, buena historia y excelentes diálogos. No puede ser menos que buena una película en la que Sam Elliot hace de un Marlboro Man terminal.