La carta del PCI (Proyecto de cine independiente) a la senadora Giusti
El PCI ha enviado esta carta a la senadora Giusti (PJ-Chubut) a propósito de su proyecto que obliga a poner la bandera argentina en todas las películas nacionales. Estimada Dra. Silvia Giusti
Senadora Nacional:
Nos dirigimos a usted con motivo de su propuesta de reforma del artículo 8 de la Ley 17.741 a través del cual se consideraría argentina sólo a aquellas películas que incluyeran a la bandera argentina como mínimo en un plano general de ocho segundos. De ese modo, salvo excepciones aclaradas en los incisos a), b), c) y d) del mismo artículo, aquellas que no lo incluyeran, no cumplirían con los requisitos necesarios para detentar su condición de película argentina.
Entendemos que el propósito de esta medida atañe en primer lugar al reconocimiento de origen de aquellos filmes que sean exhibidos en el extranjero y como mayormente son las películas llamadas independientes o del nuevo cine argentino las que suelen exhibirse en festivales internacionales y las que abren constantemente nuevos mercados en el exterior, nos preocupa -como representantes del sector independiente dentro de la comunidad cinematográfica argentina- el hecho de no haber sido consultados ante una medida de semejante calibre.
De todos modos, y más allá de este descuido, nos preocupa aún más el contenido de dicha propuesta. Pensar que una película será reconocida como argentina por el mero hecho de exhibir o enarbolar su bandera es, en primer lugar, desmerecer todo rasgo que diferencia a nuestra cultura de las demás y que naturalmente es reflejado en nuestro cine.
Es que el cine argentino, por sus malas o buenas razones, fue, es y será inevitablemente argentino. Creemos que la imagen de una bandera en el contexto de una creación artística no es viable ni conveniente como nada lo es cuando alguien (más aún un estado a través de una ley) obliga al creador a alterar su obra. No renunciamos con esto a nuestro origen ni a nuestros respetos hacia la simbología patria, pero confiamos en otros componentes, tal vez de carácter más artísticos o simplemente culturales, que sí determinan y conforman la nacionalidad de un film, como son el habla, la geografía, las costumbres, las temáticas y muchas otras características que puedan habitar dentro de una película. Nadie duda de la procedencia de Bergman sin embargo cuántos planos de bandera sueca ha realizado a lo largo de su filmografía? Probablemente ninguno.
Así como el cine nacional se ha constituido como tal a lo largo de sus más de cien años de historia prescindiendo de contar entre sus fotogramas con uno consagrado especialmente a su máxima insignia patria, podemos mencionar, si de nacionalidades se trata, a muchas otras cinematografías que aún careciendo de estas imágenes serán recordadas por su origen: el neorrealismo italiano, el vanguardismo francés, el expresionismo alemán, el nuevo cine coreano, el cinema novo brasileño, por nombrar algunas de las más célebres.
Y ya que mencionamos al flamante cine coreano, invitamos al estado argentino a través de sus representantes a imitar la fuerte política proteccionista que en cuanto a la exhibición viene poniendo en práctica el estado de Corea del Sur en el último tiempo. Política que ha generado en algunos años que entre sus diez películas más vistas, la totalidad proviniesen de la misma Corea.
Nosotros agradecemos su inquietud e interés por la defensa soberana de nuestro cine pero creemos que defender la soberanía cinematográfica de un país no pasa por incluir la bandera entre sus imágenes sino por el de plantear seriamente la necesidad de transformar los métodos de exhibición que hacen que el cine que el propio estado ayuda a producir sea devorado sistemáticamente por las producciones estadounidenses.
Tal vez sea un camino más arduo y más difícil pero sin duda más eficaz, más respetuoso por la libre expresión de los cineastas, más valiente y más comprometido.
Saludamos a usted atentamente
PCI (Proyecto de cine independiente)
Senadora Nacional:
Nos dirigimos a usted con motivo de su propuesta de reforma del artículo 8 de la Ley 17.741 a través del cual se consideraría argentina sólo a aquellas películas que incluyeran a la bandera argentina como mínimo en un plano general de ocho segundos. De ese modo, salvo excepciones aclaradas en los incisos a), b), c) y d) del mismo artículo, aquellas que no lo incluyeran, no cumplirían con los requisitos necesarios para detentar su condición de película argentina.
Entendemos que el propósito de esta medida atañe en primer lugar al reconocimiento de origen de aquellos filmes que sean exhibidos en el extranjero y como mayormente son las películas llamadas independientes o del nuevo cine argentino las que suelen exhibirse en festivales internacionales y las que abren constantemente nuevos mercados en el exterior, nos preocupa -como representantes del sector independiente dentro de la comunidad cinematográfica argentina- el hecho de no haber sido consultados ante una medida de semejante calibre.
De todos modos, y más allá de este descuido, nos preocupa aún más el contenido de dicha propuesta. Pensar que una película será reconocida como argentina por el mero hecho de exhibir o enarbolar su bandera es, en primer lugar, desmerecer todo rasgo que diferencia a nuestra cultura de las demás y que naturalmente es reflejado en nuestro cine.
Es que el cine argentino, por sus malas o buenas razones, fue, es y será inevitablemente argentino. Creemos que la imagen de una bandera en el contexto de una creación artística no es viable ni conveniente como nada lo es cuando alguien (más aún un estado a través de una ley) obliga al creador a alterar su obra. No renunciamos con esto a nuestro origen ni a nuestros respetos hacia la simbología patria, pero confiamos en otros componentes, tal vez de carácter más artísticos o simplemente culturales, que sí determinan y conforman la nacionalidad de un film, como son el habla, la geografía, las costumbres, las temáticas y muchas otras características que puedan habitar dentro de una película. Nadie duda de la procedencia de Bergman sin embargo cuántos planos de bandera sueca ha realizado a lo largo de su filmografía? Probablemente ninguno.
Así como el cine nacional se ha constituido como tal a lo largo de sus más de cien años de historia prescindiendo de contar entre sus fotogramas con uno consagrado especialmente a su máxima insignia patria, podemos mencionar, si de nacionalidades se trata, a muchas otras cinematografías que aún careciendo de estas imágenes serán recordadas por su origen: el neorrealismo italiano, el vanguardismo francés, el expresionismo alemán, el nuevo cine coreano, el cinema novo brasileño, por nombrar algunas de las más célebres.
Y ya que mencionamos al flamante cine coreano, invitamos al estado argentino a través de sus representantes a imitar la fuerte política proteccionista que en cuanto a la exhibición viene poniendo en práctica el estado de Corea del Sur en el último tiempo. Política que ha generado en algunos años que entre sus diez películas más vistas, la totalidad proviniesen de la misma Corea.
Nosotros agradecemos su inquietud e interés por la defensa soberana de nuestro cine pero creemos que defender la soberanía cinematográfica de un país no pasa por incluir la bandera entre sus imágenes sino por el de plantear seriamente la necesidad de transformar los métodos de exhibición que hacen que el cine que el propio estado ayuda a producir sea devorado sistemáticamente por las producciones estadounidenses.
Tal vez sea un camino más arduo y más difícil pero sin duda más eficaz, más respetuoso por la libre expresión de los cineastas, más valiente y más comprometido.
Saludamos a usted atentamente
PCI (Proyecto de cine independiente)
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