lunes, enero 12, 2009

The Silent Partner

Tratado acerca de cómo mezclar, a fines de los setenta, a Curtis Hanson con Elliot Gould, con Oscar Peterson, con Christopher Plummer y lograr un film de culto.

Por esas cosas que marcan diferentes hitos en la historia cinéfila personal, El socio silencioso fue un film al que varios accedieron de manera fortuita (recién comenzados los ochenta se exhibía en algún que otro ciclo de cine por la noche en tv abierta).
Con el tiempo, luego de una edición normal en vhs, la película pasó a ser retirada de catálogo y recordada de manera dispar: por los entendidos, como una joyita de esa sabrosa década del setenta que supo sentar algunas vueltas de tuerca en thrillers y demás géneros; por los gustosos de estadísticas, como un estreno en la cartelera porteña de esa época que obtuvo un excelente resultado de concurrencia gracias al “boca a boca”.
Cinefilosis

Por suerte, hará unos meses, se editó finalmente esta perlita en dvd como se merecía. Revisándola uno puede entender el porque de un recuerdo tan particular: la película cuenta con un solidísimo guión y con personajes principales y secundarios encarnados por actores que se encontraban en excelente forma profesional.
La historia se concentra en un oscuro empleado bancario, un brillante Elliot Gould, que descubre un intento de asalto a su sucursal. El caco opera disfrazado de Papa Noel (todo transcurre en la semana de Navidad) y está personificado con mucha pericia por Christopher Plummer. El empleado logra torcer la situación a su favor quedándose con el botín del ladrón. Sobre esta base, la historia genera un cambio de registro del protagonista que se torna en un ser sumamente competitivo, llevando la contienda por el dinero y el triunfo final a un delicado juego de ingenio. El ajedrez es utilizado durante todo el film como una metáfora más que explícita del asunto.
Si bien el director (Daryl Duke, canadiense, con vasta experiencia televisiva) se las ingenia para logra una puesta en escena donde lo más acertado son los puntos de vista de los personajes, el gran mérito lo tiene el screenplay del film, uno de los primeros trabajos de Curtis Hanson (director de Los Ángeles al desnudo y Wonder Boys). Como en varias de sus producciones, el director (en este caso guionista) apela a la narrativa clásica y deja muy en claro su devoción hithcockiana para contar el suspense.
Cinefilosis

La producción es enteramente Canadiense (transcurre todo en Montreal) por eso no es de extrañar que la música incidental corra por cuenta de Oscar Peterson, un pianista de jazz imprescindible del hard bop que dejó este mundo hace poco más de un año. La sugestiva banda de sonido es otro elemento que merecería un análisis por sí solo.
Como datito final vale agregar que se puede ver en un rol de reparto a un joven John Candy en un de sus primeros papeles en cine. ¡Y la dama! Como siempre, hay una dama en cuestión: en este caso se trata de la impresionante Susana York que se roba varios planos con una sensualidad extrema seguida muy de cerca por la portuguesa Céline Lomez.
En dvd, por suerte, y fácilmente apropiable.

Cinefilosis

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